Repasemos algunas de las técnicas comúnmente más empleadas en todo tipo de ambientes acuáticos: La manera más sencilla de captar imágenes bajo el agua, sin estar nosotros presentes, es mediante la programación de nuestras cámaras. Secuenciamos los disparos, o la grabación de vídeo, montamos un trípode adecuado al medio marino, para dejar el equipo lo más estable posible, elegimos plano y ubicamos el emplazamiento para la posterior recogida del equipo. Ya está, quizás la mejor manera de no interceder con el medio ya que el equipo llega a “mimetizarse” con el entorno.