Balance neto – Como se entiende (IV)

La cantidad de energía eléctrica que nos puede aportar el sol a través de un generador FV de potencia X depende,  como todo el mundo sabe, de la horas de sol (equivalentes) y que estas son el parámetro principal a la hora de diseñar el esquema óptimo de rentabilidad del autoconsumo.

Este gráfico nos muestra que cantidad de horas (de media en España) tenemos para cada uno de los trimestres. Si multiplicamos las cantidades reflejadas en cada barra por la potencia del generador FV que deseamos instalar en nuestra cubierta obtendríamos la cantidad de energía que podemos obtener del sol en forma eléctrica (grosso modo). En definitiva es la cantidad de energía que podemos destinar a autoconsumo y/o excedentes si los hubiera. Una mayor potencia instalada nos genera más cantidad de energía en kWh que, como ya dijimos en el post anterior, irá directamente a excedentes dados que nuestros hábitos de consumo son bastante estables.

Vayamos a un ejemplo: Una vivienda media tiene unas necesidades de energía media anual de unos 12.000 kWh (una media de 3.000 kWh/trimestre).

Si instalamos un generador de 5 kW de potencia en la vivienda obtendríamos una producción de energía eléctrica distribuida por trimestres proporcional a las HSE de la  gráfica anterior.

Pongamos este último valor trimestre a trimestre en una tabla y restemos las necesidades.

En el primer y último trimestre  las necesidades son mayores que lo generado (tenemos déficit o números rojos). Sin embargo en los trimestres centrales la producción es mayor y podemos generar cierto superavit (numeros verdes). El saldo total al final del año sigue siendo positivo (verde) que nos permitiría compensar lo que es rojo durante el primer trimestre del siguiente año y así un bucle sin fín… ¡¡Pero no, esto no es así!!.

La nueva normativa para el autoconsumo con balance neto preve que al principio de cada año se salde los excedentes existentes en la cuenta de cada titular de un generador FV. Es decir que no podemos utilizar esos 664 kWh que nos sobra para compensar los 685 kWh que nos falta del primer trimestre del año siguiente.

Para aproximarnos a lo que necesitamos en zona solar peninsular (Canarias es otra cosa), lo suyo es sumar los resultados de los tres últimos trimestres y tratar de que el valor que nos de sea lo más próximo a 0. Y para ello lo que tenemos que hacer, en nuestro ejemplo, es disminuir en 1 kW la potencia del generador inicialmente previsto.

Potencia de más es potencia tirada…., por ahora.

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Balance neto – Límites (III)

Siguiendo el esquema de nuestro post anterior cabe pensar que si aumentamos la potencia de nuestro generador FV vamos a ahorrar más energía y por lo tanto nuestra factura va a ser menor….. Esto es una verdad a medias.

La razón reside en lo siguiente. Está comprobado que nuestros hábitos de consumo eléctrico tanto en cantidad como en calidad son bastante estables a lo largo del año. A caso con cierta tendencia a la baja por el aumento de la eficiencia de tipo pasivo en electrodomésticos y luces.

Quizás la entrada del coche eléctrico sea lo que realmente revoluciones el panorama a nivel residencial pero será una aportación de tipo cuantitativo pues en lo que se refiere a los ciclos de consumo este seguirá comportándose como ya reflejábamos en posts anteriores. Es decir así….

Por ello…,  por mucho sol que tratemos de captar poniendo más paneles enfrente del mismo obtendremos, eso si, más energía pero, debido a  nuestros hábitos de consumo energéticos más o menos estables es muy probable que lo generado vaya directamente al cupo de los excedentes…, y no al autoconsumo.

Cabría incluso pensar la posibilidad de poner la suficiente potencia FV en marcha para llegar a tener un saldo de energía a facturar = 0. Es decir ser autosuficiente.

Y esta idea cuando se tiene una acometida eléctrica ya contratada o en proyecto  no está permitido dentro del esquema del balance neto pero, sobre todo, tampoco es momento de sobredimensionar instalaciones de autogeneración FV que…, sin duda lo tendrá.

La razón por la que no está permitido tiene su lógica si como se pretende el autoconsumo es una fórmula para ahorrar. Si uno quiere convertirse en fabricante de energía ahí tiene el régimen especial con todas sus consecuencias (IAE, facturas, IVA, cupos y tarifa).

Tampoco es momento de sobredimensionar porque se corre el riesgo de generar excedentes que nunca se van a restar de la factura por la limitación que tiene el balance neto en el tiempo.

Para explicarlo, volvamos a los hábitos de consumo que tenemos incluyendo los hábitos que tiene el SOL en darnos la energía que necesitamos….

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Balance neto – ¿Qué es? (II)

No se como se llamará dentro de 3 años o 3 meses cuando la normativa sea una realidad, pero conviene poner orden a las palabras para que entendamos lo que viene.

Este blog entiende que entre autogeneración y autoconsumo hay pocas diferencias, quizás con la primera nos referimos más a la producción de energía (eléctrica) en una situación de aislamiento de la red de suministro pública.

Con el autoconsumo nos referimos a la generación eléctrica para uso propio aunque teniendo un respaldo o backup procedente de la red pública.

Utilizaré ambos conceptos indistintamente, como lo vengo haciendo a lo largo de estos meses dentro del blog y como cabecera del mismo .

Lo que quizás debamos aclarar es lo que supone autoconsumir energía eléctrica y lo que se ha dado en llamar balance neto o como se le conoce en círculos profesionales como net metering.

Uno puede llegar a autoconsumir energía, es decir generar su propia energía eléctrica para el uso en su red privada tanto residencial como industrial-comercial, sin estar sujeto al balance neto.

Sin embargo la nueva normativa regula esta posibilidad con el objetivo de hacer más competitivo los costes de implantación de un modelo energético que supone mayor eficacia y por lo tanto mejoras para las empresas productoras de energía, para el consumidor y para la sociedad en general. Las razones están sobreexpuestas y salvo mentes cerriles nadie las discute a estas alturas.

ConsumoPara entender en que consiste supongamos que lo que nosotros consumimos de energía viene indicado por este cilindro de color rojo.

La factura a pagar a la compañia eléctrica seria el resultado de multiplicar lo que supone el cilindro en término de kWh por el precio unitario en euros (actualmente unos 0,14 €).

Solo autoconsumoSi generamos parte de la energía que consumimos  podemos representar el ahorro de energía según el dibujo.

La factura resultante como podemos observar se reduce sustancialmente debido a la aportación energética que supone la instalación de un generador FV destinado al autoconsumo residencial, industrial o comercial.

Sin embargo, hay momentos del día más o menos variable a lo largo del año, donde puede ocurrir que estemos generando energía y sin embargo no la estemos consumiendo, tales como los días de vacaciones familiares o comerciales donde apenas la nevera o las luces de seguridad tiran de la carga….

Son excedentes que ahora se podrán verter a la red externa, es decir no será necesario acumularlos o disiparlos, y además podrán ser restados del consumo total realizado (balance neto) y que sin duda reducirá aún más nuestra factura eléctrica.

Ahora bien ¿es así de sencillo el llamado balance neto o existe algún tipo de limitación?. La respuesta en el próximo post….

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Balance neto – Prólogo (I)

A raiz de la reciente publicación del borrador de Real Decreto donde se establecen las condiciones administrativas, técnicas y económicas del suministro de energía con balance neto, sugen una serie de dudas que trataremos de aclarar y aclararnos, al menos desde nuestra modesta opinión, siendo la primera de todas, una vez más, la de que es eso de autoconsumo con balance neto.

En sucesivos post iremos explicando el contenido del borrador, el margen que tenemos para hacer un autoconsumo rentable y, finalmente, cuando es interesante plantearse el modelo de balance neto para nuestra economía doméstica o empresarial.

Finalmente, no nos caben la menor duda de que, con sus matices, esto que se ha escrito en el borrador es lo que finalmente veremos plasmado en nuestra vida cotidiana en los próximos meses.

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Otra forma de explicarlo

Una forma muy simple de decir como funciona el autoconsumo con balance neto.

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La eficiencia, el ahorro, la «huella del carbono» y el empleo

Para cada una de estas acciones que urgentemente necesitamos acometer y que sin duda está en la mente de los políticos y en los programas preparados para el encuentro electoral del 20 N, hay una solución que lo aglutina todo y que no es otra que la que llevamos defendiendo desde este blog, es decir la generación FV in situ, o generación distribuida, para autoconsumo.

Desarrollar la (micro)generación eléctrica (distribuida) mediante el uso de fuentes de energía renovables supone aportar eficiencia en su formato más simple pues toda la energía que producimos al lado de casa, al lado de donde se consume, es evitar el transportarla desde las grandes centrales y tener que transformarla en un ciclo de baja-media-alta-media-baja tensión que en su conjunto da lugar a que se pierda mucha energía por el camino.

Pero es que también se pierde energia, hay ineficiencias, al extraer el combustible de las minas transportarlo a la centrales y finalmente quemarlo para, mediante el ciclo de Carnot, mover turbinas que en su conjunto y a pesar de los grandes avances en la ingeniería, aportan su punto de ineficacia frente algo tan simple como hacer llegar el sol por una cara y obtener electricidad por la otra.

El hecho de que estemos acostumbrados a que la electricidad llegue a nuestro enchufes no rebaja un ápice la cruda ineficacia del sistema clásico frente a la simplicidad de la fotovoltaica con la que obtenemos un mismo producto…., electrones que se mueven,

Dentro de unos años el mundo se preguntará como pudo haber cierta resistencia a justificar y mantener un mundo tan termodinámicamente desastroso con la sencillez que aporta la energía «atómica» fotovoltaica.

Entre el 20-40% es el ahorro de energía que podría aportar un microgenerador FV de 2 kW instalado en la cubierta de una vivienda unifamiliar de tipo medio en España para autoconsumo. Siendo el 40% algo habitual en las Islas Canarias si la energía convencional (fosil) no estuviera subvencionada.

Este ahorro se calcula suponiendo que podemos verter los excedentes a la red eléctrica pública de baja tensión y cobrarlos a la par, lo cual es sin duda de una gran ayuda para cumplir estos objetivos pero es una ayuda justa pues, a la postre, nosotros también contribuimos al mantenimiento de la red eléctrica a través del pago en la factura del llamado término de potencia y además evitamos al distribuidor gastar en la necesidad de reforzar la propia red eléctrica que sin la generación distribuida será necesario a corto plazo.

Pero este pago justo que se conoce como el balance neto (o net metering) es algo totalmente temporal para tranquilidad de los agoreros del gasto público pues el mercado va a dictar sentencia en muy poco tiempo. Verter la energía que autogeneramos a la red de distribución, salvo que se mantenga la paridad (el toma y daca), será poco rentable pues su fabricación será más barata que la que nos proporciona la misma red y lo suyo va a ser almacenar en casa para usarla más tarde.

Repito, esto en Canarias ya es posible, en el sur de la peninsular en 1 año más.

Pero con la instalación de un (micro)generador FV de 2 kW estamos produciendo una energía eléctrica que de lo contrario sería generada en algún punto del planeta tierra próximo, mediante combustible fósil, con sus consecuencias en la emisión de gases de efecto invernadero.

Según cálculos realizados un generador FV de esta potencia evitaría la emisión del orden de 4 Tm de CO2 al año lo cual, teniendo en cuenta que la media de lo que generamos por habitante es de 9 Tm, creemos que es una buena aportación familiar a la reducción de la huella del carbono.

Conclusión…, según datos catastrales, en España hay del orden de 1,5 millones de cubiertas ociosas, es decir capaces de ubicar uno de estos generadores, lo que nos multiplica a millones la cantidad Tm de CO2 que podemos evitar enviar a la atmósfera además del ahorro que supondría para el bolsillo de todos en la medida que suprimimos, en parte, las ineficiencias de la generación centralizada que entre todos pagamos (REE).

Y como remate podemos valorar en término de empleo el reto que supone el cambio  a la generación distribuida y el autoconsumo. Tenemos trabajo para 40.000 empresas instaladoras durante 3 años (+ la fabricación del kit).

Creemos que es una apuesta interesante de cara al 20N.

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Imaginemos…

Que residimos en viviendas de un pequeño pueblo, barrio, urbanización o edificio de vecinos, todas unidas por un cable eléctrico que se extiende a lo largo de una zona más o menos grande que constituye la red de distribución (publica o de abonado) o alimentación en baja tensión (BT)  de la misma.

Que además tenemos un cierto nivel de organización a través de una comunidad de propietarios, una asociación de vecinos o del propio ayuntamiento que nos representa, con lo que es posible que entre todos nos podamos entender…..

… y que nos ponemos de acuerdo para instalar todos, o casi todos, pequeños generadores fotovoltaicos (FV) en los espacios ociosos de nuestra cubierta o en zona aledaña con los que abastecer, en parte, el consumo electrico habitual de nuestras viviendas y verter a la red de BT local aquella que no consumimos al instante.

Que además no tenemos que desembolsar nada para montar esta red de microgeneradores FV pues la misma se paga pignorando los potenciales ahorros eléctricos que se producen en cada uno de nuestros hogares.

Que todo esto lo hace, para que no haya líos, una empresa entendida que se hace cargo de TODO lo concerniente al estudio previo o auditoria energética, el proyecto, la instalación y mantenimiento de estos microgeneradores.

Pero que además pueda encargase de negociar mejores precios por el suministro eléctrico que llega al CT (centro de transformación MT/BT) con el proveedor (operador del sistema o distribuidor) que finalmente vamos a consumir cada uno de nosotros en nuestros hogares.

Que se puede encargar de todo el tema de facturación convirtiéndose en una referencia única para toda la comunidad acogida a este modelo que además (esta) participa a modo de consejera en la toma de decisiones.

Que además nos ofrece desde ya una reducción sustancial de la factura actual, como consecuencia de la repercusión que sobre el coste del suministro al que estamos habituados tiene la aportación (no consumo) que hace cada uno de los microgeneradores a la red común.

Que además conseguimos el sello de calidad medio ambiental, por lo que implica en la reducción de la huella del carbono (CO2), para nuestra vivienda, barrio, urbanización o pueblo con lo que supone de revalorización y repercusión práctica en el activo ecológico de la vivienda.

En definitiva que somos capaces de generar parte de nuestra demanda de energía eléctrica con fuente renovable, que además la generamos en proximidad, que la controlamos en comunidad, que potenciamos las calidad del medio ambiente y que lo compartimos con solaridad.

Pues bien esto que parece una utopía tiene un nombre y puede ser una realidad en muy poco tiempo. Algunas empresas ya se dedican a ello.

¡¡Aaah!!, y la migración a este modelo de comunidad de la energía puede generar mucho empleo en los próximos años…..

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¿Cuando invertir en autoconsumo?

Pues en cuanto salga la normativa que lo permita y que según todas los rumores viene con lo que se ha dado en llamar balance neto que no es otra cosa que la posibilidad de restar de la factura eléctrica que cada cierto tiempo nos pasa la compañia distribuidora de electricidad, toda aquella electricidad que autogeneramos en nuestra vivienda pero vertemos a la red pues no la consumimos al momento por el hecho de estar de vacaciones o simplemente por ser más restrictivos en el consumo eléctrico de lo que somos habitualmente a sabiendas de tener allí arriba algo que nos bombea electricidad a coste 0.

Dos cosas son previsibles que incorpore esta normativa de autoconsumo. Una es que la potencia que se puede instalar a efectos de autoconsumo nunca supere una determinada cantidad aunque se disponga espacio de sobra en nuestra cubierta o en zona ociosa aledaña a nuestra residencia o industria. La otra es que la liquidación de la electricidad vertida a la red se lleva a cabo en periodos de tiempo limitado a un año natural.

El no superar una cantidad de potencia tiene su lógica pues de lo contrario se deduce que nuestro objetivo no es ahorrar energía sino fabricar…, como hasta ahora. Si lo que se quiere es maximizar los ingresos maximizando la potencia instalada aprovechando hasta el último rincón de nuestro espacio ocioso, ahí se tiene el llamado régimen especial con sus tarifas, sus cupos y las normas técnicas que lo regulan.

El objetivo del autoconsumo es el ahorro de electricidad. De la electricidad que tenemos contratada y es este contrato el que nos determina cuanta potencia podemos instalar en nuestra cubierta y por lo tanto cuanta energía vamos a producir en detrimento de la que de forma habitual nos suministra y pagamos a la distribuidora de electricidad.

Podemos por lo tanto encontrarnos con la tesitura de disponer de mucho espacio para instalar autogeneración pero poco consumo como ocurre con los grandes almacenes de logística con mucha bombilla de bajo consumo y poca carga inductiva, es decir poco consumo eléctrico en comparación al potencial que supone la superficie de cubierta que disponen.

En este último caso si se quiere sacar rendimientos económicos (?) al espacio ocioso existente en cubierta o en suelo mejor optar por el régimen especial.

Lo de hacer balance neto en periodos de tiempo concretos es un arma de doble filo puesto que corremos el riesgo de caer en la tentación de consumir más de lo habitual, durante la noche o el invierno, por eso de que percibimos que hemos ahorrado mucho (vertido a la red) durante el día o el verano y es, por eso mismo que: ¡¡no le vamos a regalar a la compañía eléctrica nada!!. Vamos que si pretendíamos ahorrar no volvemos unos tragaelectrones  con la luces  a tope y mucha electrónica de consumo en stand-by.

De todas formas hay solución para este inconveniente y forma de llevarla a la práctica pues el consumo diario y anual de electricidad es algo bastante regular y por lo tanto previsible, pudiendo simularlo de tal manera que cuando diseñemos nuestra instalación de autogeneración esta tenga el tamaño óptimo que nos permita recuperar la inversión lo antes posible sin instalar ni un watio más de potencia de lo estrictamente necesario.

Ahora bien, una vez que hemos decidido optar por la fórmula de la autogeneración para el autoconsumo ¿cuando es el momento idóneo para llevar a cabo la inversión que se precisa en el microgenerador FV teniendo en cuenta que la cosa no es muy barata precisamente?.

Para contestar a esta pregunta hay que colocarse, con realismo, en lo que va a suceder en los próximos años en la medida que este modelo de generación de energía eléctrica distribuida se desarrolla y extiende.

Por supuesto que los generadores van a bajar de precio pero…., no mucho más o por lo menos de una forma más pausada. La razón es bien sencilla, la demanda se va a disparar coincidiendo además con la recuperación económica a nivel mundial. Más aún, es precisamente el cambio hacia este modelo el protagonista en parte de la recuperación, al menos en Europa.

Las tarifas eléctricas van a subir es obvio. De lo contrario estaríamos en un escenario impensable: la recesión.

Finalmente la infraestructuras para la generación distribuida en las redes de baja tensión seguirán ahí, tal como están ahora. Y si en España, en muchas zonas, estas redes son relativamente buenas (algo bueno nos tenía que haber dejado el «ladrillo») en otras no es así y estas están preparadas para distribuir en un sentido unidireccional (producción & consumo) y no para repartir a la demanda, o lo que es peor para absorber mucha microoferta.

En definitiva con el aumento de la generación distribuida irán aflorando muchos de los problemas que en su momento se encontró la generación centralizada de renovable (huertas FV y parques eólicos). Es decir la necesidad de reforzar la infraestructura de la red lo que suponía costes adicionales a los previstos inicialmente en los planes de los inversores y/o retrasos en la ejecución del proyecto.

Pues lo mismo. Cuando en nuestra urbanización todos tengamos nuestro microgenerador FV y todos (los que puedan) cierren la vivienda por las mismas fechas para irse unos días de vacaciones, habrá un excedente de energía que habrá que canalizar hacia otras áreas de consumo incluyendo su transformación.

Sin embargo la cosa no es tan grave porque a estas alturas todos nos habremos caído del burro y por parte de la administración energética se pondrán medidas restrictivas al vertido entre otras cosas rompiendo el empate del balance neto, es decir no se compensará al mismo precio que la electricidad que compramos…, será mucho menos. Pero sobre todo que la electricidad que compramos será tan cara que nos va a compensar almacenar los excedentes para usarlos en nocturno o en invierno. Y cada vez más.

Volviendo al titular del post…. ¿qué cuando nos interesa consumir autoconsumo?, pues desde que salga el balance neto. Este, ahora, nos permitirá amortizar parte de la inversión realizada durante los próximos años. Más adelante tendremos que realizar la misma inversión, quizás algo más barata, añadir las baterías de acumulación y encima la compensación por el balance será una limosna si la hay….

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El autoconsumo residencial y la huella del carbono

¿Cuanto contribuye cada uno de los más de 8.000 municipios españoles a la reducción de su propia huella de carbono si llevan a cabo promociones colectivas de generadores FV a nivel local orientadas al autoconsumo residencial?.

Pero sobre todo….. ¿cuanto ahorran los vecinos en su factura eléctrica?.

Como quien dice: «.. dos en uno…». O 3 si añadimos esto mismo como una forma más activa de eficiencia energética…

Esta posibilidad la podemos calcular aquí…

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Como hay que entender la rentabilidad del autoconsumo residencial

Para entender el concepto de rentabilidad en instalaciones de autoconsumo residencial  lo primero que tenemos que hacer es olvidarnos del modelo al uso, es decir lo que se llama régimen especial, y que viene amparado por el Real Decreto 1578/2008. Esto ha quedado para las grandes cubiertas de almacenes logísticos que paradójicamente consumen poca energía en relación a la superficie que ocupan.

Hacer una instalación para generar nuestra propia energía mediante renovable es con el objetivo de ahorrar energía que además de ser un coste para nuestro bolsillo, es un coste para el país dado que por lo general el combustible primario es de importación y, finalmente, es un coste para el planeta dado los problemas acarrea como todo el mundo sabe. Vamos creo.

Como instalación para el ahorro debemos medir su amortización en los mismos términos con los que medimos otros sistemas o productos que se orientan hacia este fín como, por ejemplo, colocar dobles ventanas, aislar la vivienda y poner energía solar para obtener agua caliente de tipo sanitario.

En definitiva debemos considerar el ahorro producido a lo largo de toda la vida útil de estos equipos en, como mínimo, 20 años aunque los fabricantes alargan la vida útil hasta más allá de los 25 o 30 años. Como quien dice son equipos para toda la vida.

Bajo estos supuestos es significativo que aún sin subvenciones y sin balance neto, los números tal como se reflejan en el calculador resultan muy interesantes.

Sin embargo para que la rentabilidad del autoconsumo sea la óptima a lo largo de la vida útil de estos sistemas es preciso dimensionarlos de tal manera que no se genere energía excedentaria, es decir que no se gaste uno en la instalación más de lo que realmente es capaz de consumir en la vivienda o en su defecto vender a buen precio.

Claro que esto depende de 2 factores a tener en cuenta; primero, los hábitos de consumo que tenemos en nuestro hogar, y segundo de las facilidades o limitaciones que quiera poner el gobierno a la hora de convertirnos en autogeneradores.

Respecto al primer punto le damos alguna pista. Si tiene usted una vivienda unifamiliar media formada por 4-5 personas y es usted meticuloso en el tema de la optimización de los recursos energéticos, es probable que se consumo diario se parezca algo a lo que nos indica la siguiente gráfica.

Que como podrá observar hemos desplazado para la horas nocturnas los grandes consumos del hogar incluyendo el hipotético vehículo eléctrico que duerme en el garaje de su vivienda.

Otro consumo importante es el que se genera a lo largo de las horas diurnas más bien por tiempo que por potencia demandada (carga instantánea). En la práctica nos sorprendería ver que los picos de potencia durante el día están pero que muy por debajo de la potencia contratada a la compañia eléctrica y en muchas viviendas, una buena planificación de la gestión de la carga a través de una buena inmótica nos evitaría tener que recurrir a contratos con las distribuidoras eléctricas de mayor cuantía con lo que supone de costes fijos.

Finalmente los sistemas de iluminación LED que se usan en las horas nocturnas suponen una importante contribución al ahorro de energía y por eso del relativamente bajo consumo durante estas horas.

Con respecto al segundo punto, es decir, en lo que todo el mundo FV anda liado y preguntándose ¿cuando? y ¿cómo?, la mejor respuesta que debe dar el mercado se llama kit y además flexible.

Flexible para saber adaptarse a las casuísticas de partida y capacidad para evolucionar en el tiempo adaptándose a lo óptimo para el usuario y consumidor de energía.

Flexibilidad que no debe confundirse con un «llave en mano» como justificación para hacer este kit algo más caro.

No nos engañemos, nuestra necesidad de equipos para ahorrar energía lo podemos resumir (y explicar) en 3 configuraciones que creo responden a lo que el sentido común me dice que va a ser la evolución del autoconsumo. Luego podrán ser de mayor o menor potencia dentro del tope que nos marca el contrato que tengamos firmado con la distribuidora para el local catastralmente registrado como residencia y con su contador en uso, pero poco más. Para producir a los gordo nos mandarán directamente al régimen especial…., al cupo.

Kits de muy baja potencia

Formado por un solo panel y un inversor adosado a su espalda que convierte la salida de continua del panel en alterna. Se conecta directamente a la red interna de una vivienda sin más preámbulos que la de contar con un enchufe libre.

La idea de usar tan baja potencia es la de cubrir al menos ese mínimo de carga que toda vivienda moderna demanda a lo largo del día y en concreto en ese entorno de consumo que se extiende desde la 08:00 de la mañana hasta el atardecer mientras el sol nos garantice que el panel trabaja con la tensión mínima necesaria para poder verter a la red interna de la casa.

Este tipo de kit iría a cubrir una parte muy pequeña del consumo pero como dicen en mi pueblo, resta de la factura que es lo importante si no cuestan mucho…., y eso es lo interesante… son muy baratos teniendo en cuanta que este kit se lo instala y desintala uno mismo.

Tiene, además, innegables ventajas en cuanto flexibilidad dado que podemos ir añadiendo más kits de baja potencia al suministro interno sin más consideración que tener más enchufes libres y con la limitación técnica del circuito al que vierten. Riesgo pequeño si tenemos en cuanta el principio básico de no pasarnos en la cantidad de carga a suministrar más allá de la que puede absorber la vivienda en su punto de mínima demanda.

Por supuesto también tiene algunos inconvenientes frente al concepto de kit con inversor central….

Kits con inversor central

Es decir, todos los paneles conectados en serie se conectan a un solo inversor que es el responsable de convertir la corriente continua en alterna y verterla a la red interna de la vivienda.

Este tipo de configuración de potencia relativamente alta para justificar un inversor central es muy probable que genere más energía de la que se demande en algunos momentos del día donde el sol brilla con intensidad y el consumo de energía es muy pequeño o en vacaciones donde este es nulo o casi. Y aunque los costes han bajado y están bajando drásticamente no son tiempos para andar despilfarrando dinero a no ser que podamos verter los excedentes a las red externa y así recibir, de la manera que sea, cierta compensación (net metering) por este aporte que justifique el gasto en este kit de inversor central.

Sin embargo, de todos es sabido que la tarifa eléctrica con la que compramos la electricidad a la distribuidora  es algo que va a subir (o debería subir) en los próximos años. En este caso la compensación antes mencionada por verter nuestra propia electricidad es en términos de igualdad o sencillamente nos interesa buscar otras fórmulas como por ejemplo guardar nuestro excedentes para usar a otras horas (nocturnas) o verter en otro momento donde se pague más la electricidad.

Surge pues este otro tipo de kit.

Kits con inversor central y backup de energía

Que va a venir impulsado a medio plazo por algo similar a lo que ha podido ser la proliferación de instalaciones de generación renovable vertiendo en las redes de alta y media tensión.

Con la proliferación de la microgeneración distribuida es muy probable que las redes de baja tensión puedan saturarse en algunos momentos y convenga que la energía generada se almacene en casa, al menos hasta que haya necesidad en otro punto del sistema y siempre y cuando al almacenador propietario del generador, puesto en ello, le interese vender.

Como conclusión puedo decir que a bote pronto solución hay para cualquiera de las hipótesis que se plantea de cara al futuro, que no toda la culpa es del gobierno y que por ello las decisiones de las grandes compañías fabricantes de paneles no pueden retrasarse más de cara a dar soluciones de autoconsumo a pesar de que su gente de I+D les estén diciendo hace tiempo «…¡¡adelante!!, no hay problema que la electrónica de potencia no pueda resolver…«.

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