Una experiencia inolvidable.

El pasado viernes 27 de Junio viví, en compañía de mi amigo Juan Bermejo, una inolvidable experiencia en la primera edición del Cross Nocturno de Navacerrada. Salimos de mi trabajo a las 20h y, tras chuparnos el clásico atasco de la operación salida de final de mes en la A6, llegamos puntuales a la recogida de dorsales en el polideportivo municipal.

Había un ambientazo; además de nuestra mini prueba que empezaba a las 23.15 de la noche, los ultra maratonianos de los 110 km salían media hora antes. Departimos un ratito con mi buen amigo, y súper héroe, Javier Tomas  que iba a participar en esta disciplina tan dura. Nos interesó la preparación que había llevado y el “coco” con el que afrontaba la carrera. Repito mi más sincera ADMIRACIÓN por estos deportistas.

juanitoUn ratito después ya estábamos cambiados en el coche, comiendo un poquito, hidratándonos y preparando el material que íbamos a llevar. El petate fue mínimo; más agua, más glucosa por si nos daba un pájara, ropa de abrigo y una luz de repuesto. Estábamos listos.

A las 22.30 salían los corredores del 110km. Toda la plaza central del pueblo les despedimos con una estruendosa ovación. Los más rápidos llegarían 13 horas después. Mi amigo, con un muy buen tiempo, 25 horas. Otros, simplemente, no pudieron completarla. Pero esa es otra historia que ya contaremos.

Ya sólo nos quedaba calentar un poquito, estirar músculos, hacer las últimas comprobaciones y mentalizarnos para la carrera. Pero la “tensa” espera se hizo mucho más agradable cuando el sonriente rostro de Diego Carretero apareció entre la multitud.  Diego es toda una institución y su taller Mecanik un punto de referencia para los amantes de las ruedas de esta parte de la sierra.

 

–          “ ¿Unas pizzas en casa después?”- preguntó.

 

Claro máquina, ahora ya teníamos premio al concluir.

Previo paso por control, Juan y yo pusimos los últimos para salir sin agobios. En la línea de salida escuchamos la presentación de la carrera, las normas, bailamos a ritmo de rock mientras preparábamos nuestros músculos y ¡BANG! Entramos en acción.salida

La primera parte de la carrera transcurrió dentro del pueblo, avanzamos con cierta precaución por el pavimento adoquinado del centro jaleados por el público que nos acompañaba. Esta parte fue un poquito incómoda, pero 800 metros después nos metimos en el perímetro del embalse de Navacerrada ¡Qué espectáculo! La noche tibia y estrellada, el agua oscura y quieta a nuestra derecha y el esfuerzo de 3 centenares de corredores buscando sitio…

El primer obstáculo fue un repecho de 500 metros que hizo una pequeña criba entre los corredores y que hizo que el grupo se estirar definitivamente, como en el Tour. Salvado este bendito problema corrimos en paralelo a la Autovía de Colmenar Viejo un par de kilómetros hasta la Avenida Vista Real. Aquí comenzó la carrera; desnivel brutal, trialeras llenas de piedra suelta y tierra, oscuridad total, matorral a ambos lados….En este tramo se corrió poco y se avanzó en fila india como cuando se hace cumbre en el Himalaya. Fue complicado ganar o perder puestos en los 4 km de subida. Un respetuoso orden que, además, vino muy bien para recuperar fuerzas. En el Collado, junto al Embalse de La Maliciosa , se volvieron a desatar las hostilidades coincidiendo con el cambio de perfil en la carrera. Un prolongado descenso hasta la línea de meta donde los más fuertes ganaron tiempo y posiciones. Lo más bonito de esta parte fue correr, por motivos de conservacionismo del parque, sin los frontales encendidos durante cierta distancia. Cada corredor tenía que fiarse de sus cansadas zancadas y de la luz de las estrellas. Tampoco era mala idea ponerse a rebufo de algún otro participante.

La llegada fue antológica. Mucho más público animando, un speaker dándolo todo y nuestro amigo Diego con las pizzas calentitas en la mano.

diego

¡Gracias a todos!

 

 

 

Esta entrada fue publicada en Más viajes. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta